Por algunos asuntos y fallos técnicos este trabajo no pudo ser subido a tiempo y forma, por su comprensión GRACIAS.
No se puede hablar de política económica desde la época de la conquista debido a que este termino no se acuña en México hasta posterior a la independencia, por lo cual se estudiaran los asuntos económicos que envolvían a este país desde el inicio de la conquista hasta 1801.
Primer Periodo 1521-1650
La conquista de México
Tenochtitlan.
La expedición de Cortés es la tercera que
envía Diego de Velázquez gobernado de Cuba con fines
de exploración y comercio.
Tocan tierra en
Yucatán. Encuentran a Aguilar, español que ha
aprendido la lengua maya.
En Campeche obsequian a cortes a la India
Malí sí, que habla nahuatl y maya.
Funda Veracruz, Moctezuma le pide no continuar. Confunde
a los emisarios con sus caballos y cañones. Cortes al
avanzar hacia el interior, se da cuenta de las fuertes
rivalidades entre los indígenas. Al llegar a Tlaxcala
derrota a Xicotencatl y establece una alianza con los
tlaxcaltecas.
Avanza por sola y protestando una posible emboscada
realiza la matanza de Toluca. Llega a México,
Moctezuma lo recibe y le entrega simbólicamente la ciudad,
cortes hace que le muestran los libros de
tributos y los
mapas de la tierra.
Llega a México un
mensajero del resguardo de Cortés en Veracruz, le avisa de
una expedición capitanea por Pánfilo Narváez
con órdenes de aprehenderlo y regresarlo a Cuba.
Cortés hacer prisionero a Moctezuma, deja a Pedro
de Alvarado a cargo de la ciudad, sorprende a Narváez y lo
derrota. Alvarado permite una celebración religiosa e
intenta despojar a los indígenas de sus joyas
ceremoniales, desencadena la matanza del templo mayor, y de esta
manera se realiza el levantamiento de los mexicas en
Tenochtitlan.
Cortés regresa a México en
medio de una rebelión de mexicas y se lamenta que
estallara la rebelión. Los mexicas mantienen sitiados a
los españoles que se han atrincherado en el palacio de
Moctezuma. Cortés intenta apaciguar la rebelión
utilizando a Moctezuma pero los tenochcas se sienten traicionados
por su emperador y esto culmina en el asesinato de
Moctezuma.
Los españoles son superados por los mexicas
Cortés huye por medio de puentes portátiles, pierde
mucha gente y casi todo el botín "es la derrota, la noche
triste". Cortés se refugia en Tlaxcala durante el camino
es atacado por grupos
indígenas logra derrotar a algunos en Otumba. Los mexicas
se dedican a reconstruir la ciudad no creen que los
españoles regresen.
Estalla una peste de viruela en la ciudad, traída
por un negro de la expedición de Narváez. Muere por
la peste Cuitlahuac sucesor de Moctezuma.
La peste a diezmado a la población y los españoles vuelven
sobre la ciudad, Cortés Corta los abastecimientos y
establece alianzas entre los pueblos contra los mexicas. Al mismo
tiempo que
avanza el cerco de cortes, se suceden riñas internas entre
la clase dominante, y son asesinados todos los príncipes y
los hijos de Moctezuma. Cortés, fuertemente apertrechado
arrasada la ciudad.
Los mexicas están desmoralizado, "donde
están nuestros príncipes", "quién es el que
nos inspira valor". Los
tenochcas que aun quedan hacen base en Tlatelolco y se enfrentan
a los españoles, hacen cautivos a algunos españoles
y varios indígenas aliados de los mismos y los sacrifican
frente al ejército de Cortés.
El hambre azota la ciudad, mientras que los
españoles y sus aliados forman un numeroso
ejército. Perece Tlatelolcatl uno de los últimos
jefes mexicas, la rebelión comienza extinguirse. Capturar
a Cuauhtemoc último emperador mexicas el día 13 de
agosto de1521, con lo que el episodio de la conquista de México
Tenochtitlan llega a su fin.
Etapa Ganadera
La introducción inicial de las diversas
especies de ganados en cantidades reducidos por las dificultades
de transporte se
transformó en una fabulosa población animal. Los reales de minas
utilizaron la ganadería como fuerza motriz,
de carga y fuente básica de alimentación. Los
mayores problemas
suscitados por la ganadería derivaron de su progresivo
aumento.
El ganado caballar fue el primero en hacerse presentes
como cabalgadura. Algunos nobles y caciques indígenas
alcanzaron el privilegio de poseer caballo, distinción que
por ley se les
restringió más tarde. La rápida
multiplicación del ganado caballar redujo su precio y hasta
los españoles y mestizos pobres dispusieron de
caballo.
Las telas de abrigo exigidas por el clima y la
costumbre europea, hicieron que el ganado lanar u ovino ocupara
lugar destacado en la incipiente economía colonial
interna, lo mismo que de ganado caprino, este último muy
solicitado por la dieta de los peninsulares y conveniente por su
adaptabilidad a tierras secas y quebradas. Los miembros del
clero, cuyo vestuario también requería lana como
materia prima,
resultaron empeñosos propulsores de ganado ovino,
fomentando la crianza del mismo.
El auge de la ganadería era palpable a mediados
del siglo XVI en 1553 las estancias de Jilotepec tenían
entre 20 y 30 mil cabezas de ganado menor. Dos años
después, 1555 el Valle de Matalcingo 60 estancias sumaban
más de 150 mil cabezas de ganado vacuno yeguas.
A partir de 1580 se empezó a observar una
reducción apreciable en la multiplicación del
ganado. No puede hablarse de una decadencia generalizada de la
ganadería, sino más bien de un proceso
natural de reajuste exigido por las condiciones del medio ya
estabilizado en el XVII; reducción de pastos, uniformidad
de las razas de ganado existentes, población consumidora limitada,
legislación restrictiva que fijó límites a
la estancia y número de animales. Todo
orientándose a una nueva situación
económica; ganadería y agricultura se
van reuniendo en una forma de explotación más
racional y utilitaria; la hacienda.
Etapa de Mineria
Conforme el tiempo avanzaba se
fueron descubriendo las grandes minas de plata. Zacatecas, descubierta en 1546. se convirtió en la segunda ciudad
más importante de la nueva España. En
1552, las minas y Pachuca empezaron a explotadores. En 1554,
descubren las minas de la región del Norte. En 1564,
comienzan a explotar se las minas de Guanajuato.
El minero se enfrentó a muchos problemas en
el siglo XVII, la escasez de mano de obra indígena se
resolvió tratando de equilibrar las demandas de los
mineros con las necesidades de los pueblos de indios en 1631, se
autorizó un repartimiento limitado al 4% de los varones
indígenas de un pueblo mayores de 18 años para las
minas; también se facilitó la obtención de
negros esclavos; trató de atraerse a las minas
trabajadores asalariados ofreciendo un jornal de cuatro reales
diarios, superior al pagado por muchos agricultores. Sin embargo,
la mano de obra faltó. En el siglo XVII, decae
sensiblemente la producción de plata.
La industria
textil
En la nueva España implicaba competencia para
uno de los principales productos de
Castilla. El virrey Enríquez trató de impulsar la
exportación de lana novohispana a la
península ibérica. Las necesidades de un consumo local
hicieron qué los obrajes en que se elaborarán telas
de lana, algodón, jergas, frazadas sombreros y aún
algunos en que se labraba la seda. Se extendieron a los
principales centros del virreinato.
El obraje resultaba una empresa
cuestionable, la principal inversión era la mano de obra. Empleaban a
personas condenadas por diversos delitos a la
prestación de servicios
forzosos; a los trabajadores contratados, trataban de retenerlas
endeudándolos con el adelanto de salarios y pagos
en especie que les daban a elevado precio.
Se conceden nuevas licencias para abrir obrajes
advirtiendo que no se emplean indios, o, en los casos en que se
permitía, se solicitaban condiciones de buen tratamiento.
México, Puebla, Oaxaca y Valladolid. En 1599 estas
ciudades, por ser cabezas de obispado, se facilitarían las
visitas de autoridades civiles y eclesiásticas que velan
por el buen tratamiento y libertad de
los trabajadores.
La situación económica y social hasta
1750
De 1640 a 1740 transcurren el llamado siglo de la
depresión económica, sin duda los
menos conocidos del periodo colonial, no parecen ocurrir hechos
importantes.
Nace la hacienda y peonaje; sé naturalista la
compra de cargos públicos y se difunde la
concepción de patrimonio de
los mismos; se establece la potencia
económica y política de las
corporaciones: iglesia,
comerciantes, hacendados; se arraiga el dominio de una
minoría blanca sobre la gran masa de indios y
castas.
En este siglo como en el anterior El factor más
influyente en la formación de la nueva sociedad es el
sector externo; la relación con la metrópoli que
veía las colonias como inagotable fuente de recursos para sus
competencias
con las potencias del viejo mundo. De ahí que el comercio y la
minería
intervinieran tan poderosamente en la economía de la Nueva
España. Como consecuencia el siglo de la depresión,
será también el del recurso interno, la de la
formación de una economía colonial que
tratará de adecuar sus sistemas de
producción y de intercambio a los requerimientos
locales.
Hasta hace poco se aceptaba la tesis de que
el XVII, fue de depresión
económica general se afirmaba que el catastrófico
derrumbe de la población indígena durante el XVI
heredó al XVII una aguda escasez de mano de obra que
afectó todas las actividades económicas.
Se descubrió la existencia de una aguda crisis
comercial en el XVII, por la máxima actividad en el
tráfico trasatlántico en el periodo que va de
1596-1620.
Durante ese periodo la nueva España ocupó
El papel
principal como exportador de materias primas y como importador de
artículos europeos, pero a partir de 1620 esta
situación cambió en forma radical.
La iglesia
sufrió cambios profundos entre 1550 y 1630 perdió
el fervor misionero de los años iniciales y cerró
las puertas a las ideas renacentistas que en aquel tiempo algunos
soñaban aplicar en la nueva España. La corona
cedió a la iglesia el
impuesto del
diezmo.
Inestabilidad social y desajuste
político.
Las grandes transformaciones administrativas, políticas,
económicas y sociales que padece el país en esta
época no producen estabilidad, ni el movimiento de
1810 es provocado principalmente por una revuelta popular que
viera en él la vía para una solución de sus
aflicciones sociales y políticas.
Desequilibrios de la sociedad novohispana ocasionados
por el rapidísimo crecimiento
económico y las reformas borbónicas que lo
acompañaron.
En nueva España la división crecimiento de
los años 1770-1800 produjo efectos desestabilizadores,
rompió un lentisimo reacomodo económico social,
como por que se dio en el seno de una sociedad extremadamente
desigual. Una de sus consecuencias fue desplazar del polo del
crecimiento
económico y de la concentración de la riqueza
del centro del país hacia el Bajío, el occidente y
el norte.
Otra consecuencia, buscada por las reformas
económicas de los Borbones, fue el fortalecimiento del
sector externo de la colonia, con el fin de hacerlo más
dependientes de la metrópoli.
Así, al mismo tiempo que las
reformas económicas y de política
fiscal tornaron a Nueva España más colonia que
nunca, el efecto multiplicador que tuvieron estas reformas en la
economía interna, destacó la certeza, por una
parte, de que la metrópoli solo cuidaba de sus intereses y
que éstos solían contraria los de la colonia; Y por
otra, que nueva España era auto suficiente, que su
desarrollo y potencialidades podrían ser mayores si
prescindía de su atadura con España.
Si el auge económico fue casi general, el reparto
de sus beneficios, al contrario, no fue nada equitativo, dada la
tremenda desigualdad social existente. El malestar y las
expectativas provocadas por este reparto desproporcionado se
intensificaron, por causa de la política que adoptó
la corona con determinados grupos. Ganó privilegios al
grupo de
mineros y dejando a los agricultores y empresarios criollos fuera
de las grandes ganancias, no tenían acceso a las
retribuciones sociales y políticas
que se daban a los españoles.
Segundo Periodo 1660-1801
En
el terreno económico debe anotarse, por un lado, la expansión de los rasgos
señalados para la etapa anterior, y por otro, la consolidación de un mercado
libre de trabajo desligado de las prácticas tributarias en beneficio de
empresas agrícolas manejadas por individuos españoles o por corporaciones como
los conventos o los colegios jesuitas que se hicieron grandes propietarios.
Los
trabajadores, procedentes en su mayoría de los pueblos de indios, empezaron a
ofrecer sus servicios a cambio de una paga. Los productos agrícolas entraron en
circuitos de mercado amplios y competidos, igualmente ajenos a los esquemas
tributarios derivados de la conquista Estos acontecimientos estuvieron ligados
a la conformación final y a la proliferación de las haciendas. En su forma
definitiva, las haciendas fueron una combinación de propiedad raíz, empresa
agropecuaria y asentamiento fijo de población.
A diferencia de sus predecesoras
de etapas más tempranas, su rasgo esencial ya no fue tener trabajadores
esclavos (aunque algunas de ellas los tuvieron) o estar asociadas a procesos de
colonización, sino que dependieron de trabajadores libres y se entremezclaron con
los pueblos de indios en las regiones centrales del país.
Los
gobiernos implementaron lo que se denominó el llamado repartimiento de
mercancías, que consistía en la venta forzada (y a precios inflados) de toda
clase de productos entre los habitantes de los pueblos de indios. La práctica
fue tolerada hasta cierto punto como una más de las cargas tributarias que
sufrían los pueblos, y se le llegó a aceptar como el modo de remunerar a estos
funcionarios (que prácticamente no recibían sueldo, o bien habían comprado el oficio).
Una
nueva guerra con Inglaterra en 1739 tuvo consecuencias más directas en el
terreno comercial, entre las cuales cabe destacar la paralización de las flotas
hasta 1754. Lo más trascendental de este hecho fue que, a falta de flotas, el
comercio se hizo de manera exitosa en barcos sueltos llamados navíos de registro,
con los cuales se estableció un precedente que habría de servir, algunas
décadas más tarde, para fundamentar la gradual liberación del tráfico mercantil.
A partir de 1759 En el terreno económico también se dejaban ver, alternativamente,
muestras tanto de integración como de falta de ella. Los insumos y los
productos de la actividad minera cubrían circuitos amplios que abarcaban casi
todo el país, las operaciones de crédito –sustentadas en libranzas,
consignaciones, pagarés y otros instrumentos– se extendían de un extremo a otro,
y las hipotecas que respaldaban la actividad agropecuaria enlazaban a los
centros urbanos con todas las regiones. Distancia entre ricos y pobres (muy
pocos los primeros, muchos los segundos). Estas diferencias socioeconómicas se
hicieron más críticas a medida que la corona se alejó de su interés por mantener
el principio de legitimidad basada en la justicia y se preocupó más por afirmar
su poder y saciar su apetito fiscal. (García Martínez, 2008).
Desde
los primeros años del siglo XVIII la corona española emprendió cambios en la
manera de administrar sus vastas posesiones americanas. En la primera mitad del
siglo las reformas fueron más bien tímidas, después se aplicaron innovaciones
de gran vigor que comúnmente se conocen como “reformas borbónicas”. Tímidas y
audaces, todas respondieron al deseo de la dinastía borbónica en España de
retomar los hilos del poder en América –particularmente en Nueva España, la
posesión más rica– iniciando así un proceso de modernización que duraría
prácticamente todo el siglo.
Desde
1711 se venía haciendo notar a las autoridades metropolitanas que la renta de
alcabalas (impuestos internos cobrados por el tránsito de una mercancía por un suelo
alcabalatorio) proporcionaría más dinero si fuera administrada por un
funcionario de la corona que si se arrendaba a alguna corporación (comerciantes
o cabildos civiles). El problema era que, casi siempre, los virreyes decidían
otorgar la renta a una corporación en lugar de que quedara en manos de la
corona. Para el caso de las alcabalas, como para muchas otras rentas (casa de
moneda, tributos, pólvora, tabaco, naipes, derecho de ensaye, bulas, pulque,
etc.), la situación comienza a cambiar en 1732 con la incorporación a la corona
de los cargos más importantes de la Casa de Moneda de la ciudad de México; esto
significaba que los mismos dejaban de venderse al mejor postor. El proceso de
centralización de rentas continuó durante casi todo el siglo; el ejemplo más
importante de este proceso fue la incorporación de las alcabalas a la
administración fiscal novohispana, un cambio que llevó varios años (1754-1776)
y que se vio temporalmente suspendido por decisión del visitador Gálvez.
El
proceso de centralización consistía en ya no “vender” por un monto fijo la
función del cobro de impuestos a entidades particulares, lo que obligaba a la
corona a asumir esa tarea y le brindaba la posibilidad de incrementar la
recaudación y reducir gastos. Al visitador Gálvez no se le pidió únicamente un
diagnóstico; también se le dieron amplios poderes para reformar todo lo que
exigiera un cambio. Dos eran, sin embargo, las instrucciones principales:
incrementar la riqueza del erario novohispano y prevenir abusos y dispendios
para la mejor administración de las rentas. En atención a la primera tarea, el
visitador consolidó el establecimiento del monopolio real de tabaco. Esto significaba
que la corona se hacía cargo exclusivo de sembrar, procesar y vender el tabaco,
principalmente en forma de cigarrillos que en Nueva España se consumían
ampliamente, sobre todo entre las mujeres.
El
periodo de esplendor económico más importante de la historia de Nueva España se
inicia en la década de 1770, después de un lapso de estancamiento que, a juzgar
por las estadísticas, había comenzado alrededor de 1750. El inicio de los años de
prosperidad coincide con el mandato del virrey Antonio María de Bucareli
(1771-1779). La bonanza se explica en parte importante por el aumento
demográfico: entre 1742 y 1810 el número de habitantes en Nueva España pasó de
3.3 a 6.1millones de personas, un enorme incremento que se dio sobre todo en la
población indígena. Ésta vivía predominantemente en las zonas rurales o en
alrededor de 4682 localidades cuya población oscilaba entre 2000 y 3000
habitantes. Las principales medidas adoptadas fueron el establecimiento de
cementerios, la prohibición de los entierros en las iglesias, la normativa
sobre ropas usadas, el establecimiento de lazaretos, etc.
Los
últimos años del decenio de 1770 son de profundos cambios. Por una parte, se le
concede a Nueva España mayor libertad para realizar intercambios comerciales,
aunque limitados a Perú y Nueva Granada. Por otro lado, en lo administrativo Gálvez
asesta otro golpe a la autoridad del virrey con la creación de la Superintendencia
de Real Hacienda, que le encarga a un antiguo colaborador suyo. Esta medida
pretendía establecer un “dominio tecnócrata” que apoyara las necesidades financieras
del gobierno metropolitano. Esto significaba separar la función de recaudación
de impuestos y de asignación de recursos de manos del virrey y sus
colaboradores, de manera que sólo continuaran siendo jueces, para entregarla al
nuevo cuerpo de funcionarios –superintendente de hacienda e intendentes–. Este
proyecto fracasó porque no fue bien diseñado y con el tiempo mostró múltiples
vacíos legales para su ejecución. Sin embargo, una vez que se echó a andar, el
nuevo esquema administrativo estuvo plagado de dificultades. Antes que nada, el
segundo Revillagigedo, el más ilustrado de los virreyes de Carlos IV, defendía
las intendencias, pero no estaba de acuerdo con que se le restara poder a su
encargo. Esta concepción se impuso y después de 1789 las iniciativas de los
intendentes debieron ser autorizadas por el mandatario virreinal. los fueron sobresalientes los resultados de
este y otros componentes del plan reformista. Según los datos, entre 1765 y 1804
las rentas reales se multiplicaron por cuatro. Esto se explica por varios
factores: un aumento en el número de impuestos (ya fueran ordinarios o
extraordinarios), un incremento en las tasas de los impuestos, una mayor presión
fiscal resultado de los cambios administrativos, y el crecimiento económico.
Independientemente de la causa, fue enorme el impacto de esta extracción de
recursos; de hecho, se calcula que los novohispanos pagaban 70% más impuestos
per cápita que los habitantes de la metrópoli.
En
el decenio de 1790 la carga fiscal sobre la población novohispana fue
particularmente pesada. Y es que a la corona le resultaba ya políticamente
imposible sacar dinero de los impuestos ordinarios. Así, con motivo de los
conflictos bélicos en los que se vio inmiscuido el imperio español (la guerra
contra los franceses en 1793 y el conflicto con Inglaterra en 1796), la corona
debió solicitar préstamos y donativos. Éstos se diferenciaban de los impuestos
tradicionales porque el monarca se comprometía a pagar réditos por tales
aportaciones. (Jáuregui, Luis, 2008)
Bibliografia:
García Martínez, B. (2008). La
época colonial hasta 1760. En Nueva historia mínima de México. México:
El Colegio de México.
Jáuregui, Luis. (2008). Las
Reformas Borbónicas. En Nueva historia miníma de México. México: El
Colegio de México.